Dicen que el atletismo es un deporte individual... hasta que corres una prueba
de 24 horas por relevos. La experiencia vivida este pasado fin de semana en las
24 horas RUN de Las Palmas me ha demostrado lo grande que este deporte en lo
que a valores se refiere. Compañerismo, camaradería, respeto, motivación,... son palabras que acompañarán cada uno de los párrafos de esta publicación.
No era un prueba marcada en el calendario, pero surgió de improvisto la
posibilidad de participar, y en menos de dos días, habíamos montado un equipo
de 12 "Titanes" para recorrer la arena del Parque Romano.
El nombre del equipo estaba claro desde el principio: PROHIBIDO RENDIRSE. Sería
el estreno en competición de nuestra marca, de nuestro lema, y para ello había
que tratar de hacer las cosas lo mejor posible.Todos y cada uno de los
participantes del equipo sabemos de la importancia de la constancia y
sacrificio en el deporte, de la necesidad de levantarse cada vez que hay un
tropiezo, y en esta prueba no iba a ser menos.
29 equipos y 11 participantes individuales. Cada uno con su planificación,
estrategia, horarios, avituallamientos, equipaciones y, por delante, cientos de
kilómetros por recorrer. En nuestro caso, 12 caras casi conocidas, todos
ligados al deporte, no todos atletas. Este fin de semana la palabra deportista
le ha quedado muy pequeña a muchos de ellos, porque han sido tan grandes, que
no encuentro la palabra para definirlos.
Un boxeador que llega de un combate a las 8 de la tarde y se "manda" 15
kilómetros en una hora, para repetir lo mismo unas 6 horas después. El
estudiante de medicina que tras competir en una prueba de 9 kilómetros en la
mañana del sábado hace 17 kilómetros a 3'38" a las 19:30 y después, a las
4 de la mañana, hace otros tantos a 3'48". "El malo del equipo"(
eso decía él), que hizo los kilómetros más rápidos de su vida sumando unos 30 y
pico en las piernas. Los salvajes (no usaré sus nombres, podrían multarlos los
radares de la Avenida Marítima de Las Palmas por la velocidad alcanzada en la
prueba). Demostración de poderío y fortaleza, pero sobre todo, compañerismo
entre los 3. El de las cintas rosas por todas las piernas (Dios mío -pensaba
para mí -este hombre no termina la prueba). Increíble su saber estar, su
compromiso. El graciosero, que prefirió adentrarse en esta aventura en vez de
asistir a un importante evento familiar. Grande y cumplidor como siempre.
GRACIAS. El lesionado del equipo, que no pudo correr aunque quiso
intentarlo, pero allí estaba, apoyando, hora tras hora, empujando al
resto. El rubio, el Hai que Roelo. Seguridad y entereza en cada una de sus cortas zancadas, y para
colmo, todo con una sonrisa y cachondeo. GRANDE. Y por último el CAPI, el que
se lo ha currado, el que hizo esto posible, el que unió al grupo y se preocupó
de todo lo que los demás no nos preocupamos. Todo esto es culpa tuya. El que
escribe sólo tuvo que ocuparse de que no os faltase de nada el día de la
prueba.
377 kilómetros de relevos, donde la última vuelta en grupo fue el mejor
premio recibido para todos. Más de 300 corredores en el Romano ya no éramos
desconocidos los unos de los otros. Habíamos compartido sudor y sufrimiento en
cada una de las vueltas. Nos habíamos saludado y sonreído en cada uno de los
giros. Habíamos compartido momentos y charlas en los jardines abarrotados de
botellas, mochilas y camisetas. Esos más de 300 ganadores ya tienen grabado en
su piel el "YO CORRÍ LAS 24 HORAS RUN".
Y como en todo, toca agradecer a este equipo de titanes su labor desempeñada durante el pasado fin de semana, y a las empresas que lo han hecho posible (Gran Karting Club y Barpimo), porque gracias a todos ellos, ha sido posible.
Nos vemos en la arena...GLADIADORES.
#PROHIBIDORENDIRSE
Y como en todo, toca agradecer a este equipo de titanes su labor desempeñada durante el pasado fin de semana, y a las empresas que lo han hecho posible (Gran Karting Club y Barpimo), porque gracias a todos ellos, ha sido posible.
Nos vemos en la arena...GLADIADORES.
#PROHIBIDORENDIRSE
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