sábado, 14 de marzo de 2015

ENCUENTRA TU MÉTODO DE ENTRENAMIENTO

Seas deportista de élite o un aficionado, está claro que nuestros pasos en el entrenamiento deben ser siempre dirigidos por un profesional, y en el atletismo hay muchos. Algunos son llamados "románticos del atletismo", porque llevan toda la vida dedicada a esto y con apenas remuneración económica (chapó por ellos, el atletismo no sería lo mismo si no hubiesen existido). También podemos encontrarnos aquellos que se hacen llamar entrenadores, que no son conscientes que están jugando con la salud, los sueños y la vida de las personas. Después tenemos otro tipo de entrenadores, que son las revistas. Los consejos de una revista te pueden hacer mejorar, pero un profesional sacará lo mejor de ti en todos los aspectos.

A lo largo de los más de 20 años que llevo dedicándome al entrenamiento de la resistencia (los primeros 11 años como deportista y los siguientes como deportista-entrenador), he pasado por muchos métodos de entrenamiento, confiando mi preparación en varios "maestrillos con su librillo". Cada uno tiene sus propuestas, sus esquemas, su forma de ver el entrenamiento, diferentes planificaciones, pero como en todo, encuentras algo que te funciona, un método que te hace "volar" y de repente entiendes que más allá de todos los métodos que has probado, uno es el que va contigo.

Cuando en su día comencé a entrenar con Elisardo de la Torre (atleta olímpico en 3.000 obstáculos en Atlanta 1996 y varias veces campeón de España), pasando después a Carlos Landín (gran atleta, y después enorme entrenador de atletas internacionales y olímpicos), empecé a entender el significado del entrenamiento de resistencia. Parece increíble, pero con esas dos personas, aprendí más que en una Licenciatura en Educación Física que estaba cursando en ese momento.

Elisardo en Atlanta 1.996
Hablo del año 2002, y en sólo unos meses comprendí que este era mi método. Que el método era eficaz. Que no son necesarios miles de kilómetros para alcanzar nuestros objetivos. Que el entrenamiento de resistencia tiene su lógica, como las matemáticas. Recuerdo siempre la frase de un amigo: "El atletismo no son matemáticas, pero casi". Carlos Landín, que de matemáticas sabe y mucho, me enseñó que la intensidad es lo más importante, lo que marca el proceso de entrenamiento. Que para correr rápido hay que entrenar rápido. Que para entrenar resistencia hay que prolongar los esfuerzos, y no fraccionarlos con diminutas pausas.

Landín junto a varios de sus pupilos (Riobó y Solange)

Landín en su época de atleta

A día de hoy, me autoentreno. 
Sé que no debería, que a las órdenes de un entrenador quizás se consigan mejores resultados, pero mis inquietudes van más allá de un puesto en una prueba o una determinada marca. Hace años que renuncié a los resultados por intentar alcanzar un buen estado de forma sin obsesión de clasificaciones, y sobre todo, intentando minimizar al máximo posible las temidas lesiones. Me gusta experimentar, conocer y desarrollar mi propio método, con una base muy fundamentada en lo que en su día me funcionó. Sigo mi propio programa, considerando que no hay mejor conejillo de Indias que uno mismo. Si hay que experimentar, yo lo pruebo. Y si funciona, mejor. Ojalá. Podré transmitir esa experiencia a los que vengan detrás, a ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos, a que otros lleguen a cumplir marcas y sueños.

Este es el objetivo de mi blog, intentar que la experiencia de aquello que me funciona, te pueda funcionar a ti. No sería ético recomendar algo que no haya probado. No va conmigo. Como entrenador me esfuerzo en leer de todo, en conocer de todo y en probar casi todo aquello que me parece interesante de aplicar en un sistema de entrenamiento.

Encuentra tu método, el que mejor te vaya. El que te haga entender que estás en el camino correcto. El que te mantenga motivado día a día. El que te haga conseguir aquello que te propongas (sean objetivos o bienestar propio).

P.D. Mil gracias a Carlos y a Elisardo, por enseñarme en su día a entender las cosas de forma diferente. El saber o el conocimiento, no hay nada que lo pague.



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