Toda persona que se dedica al deporte de competición, como norma general, suele tener a lo largo del año, algún período o períodos dedicados al descanso. En muchas ocasiones, ese período corresponde en la época de verano. El mes de agosto suele ser el más elegido porque suele coincidir también con las vacaciones "laborales".
La propuesta en esta publicación, es que en ese período de descanso, esté presente un "descanso activo". Es totalmente ilógico renunciar a todas las ganancias producidas por el entrenamiento parando de golpe la actividad, y sin mantener una actividad deportiva mínima. El objetivo principal de esa actividad deportiva "mínima" debería ser el de mantener ciertos aspectos de la condición física del deportista, pudiendo aprovechar ese "descanso activo" incluso para mejorar debilidades.
Se puede plantear el descanso activo de varias formas. Estas son mis propuestas:
1) Bajar el volumen e intensidad del entrenamiento, con el objetivo de perder lo mínimo posible para afrontar un nuevo período. Esto lo podemos hacer si tenemos algún objetivo muy próximo al periodo de descanso. Por ejemplo: si antes hacía sesiones de 1 hora de duración a un ritmo determinado, ahora puedo pasar a hacer 40 minutos reduciendo un 20% ese ritmo.
2) Disminuir el número de sesiones semanales, realizando la actividad en días alternos, a una intensidad y volumen mucho menor. Podemos plantearnos en ese período, mejorar los puntos débiles del deportista o aquellas cualidades que durante el resto del año tenemos abandonadas o no le prestamos la atención suficiente. Es un buen momento para el entrenamiento de la FUERZA, trabajo de la musculatura considerada débil, o entrenamiento orientado a la prevención de lesiones. También es una buena época para tratar de mejorar la flexibilidad y elasticidad muscular.
3) Practicar deportes alternativos a nuestra modalidad (bicicleta o sesión de gimnasio por ejemplo), compaginando esas sesiones con días suaves de actividad.
Podéis elegir entre las 3 alternativas de arriba, o las que os recomiende vuestro entrenador. Eso sí, respecto a ellas, hay premisas que deberían ser innegociables a llevar a cabo en ese período:
- Dejar de hacer la actividad por un período mayor a 7 días.
- Realizar alguna competición con mentalidad diferente a la competitiva (disfrutar o acompañar a otra persona con un nivel inferior).
- Trabajar el CORE (ver artículos sobre entrenamiento abdominal).
- Entrenamiento de la flexibilidad y elasticidad muscular.
- Mantener un trabajo de fuerza preparatorio. Lo normal sería el trabajo en circuito, con ejercicios sencillos con el propio peso del cuerpo.
Todo esto para intentar cumplir con los objetivos de perder lo mínimo posible para iniciar el próximo periodo en un nivel de condición física lo más óptimo posible, pero sobre todo, RECARGAR PILAS A NIVEL MENTAL.
#prohibidorendirse
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